Ha estado toda la noche lloviendo pero nos levantamos con cielo nublado y amenazante. Carlos se despide de nosotros a bordo de su bici y desayunamos mientras cae un ligero chiri-miri. Salimos a la calle para abandonar Salvatierra; sus calles están llenas de casonas blasonadas.
Tras gestionar 2 polígonos industriales comenzamos a pisar caminos de tierra rodeados de cereales variados: trigo, avena y cebada de dos carreras como la que véis
Hoy pasamos por varios pueblitos en los que no hay ningún servicio: ni bares, ni tiendas, ni nada de nada. Gazeo es el primero de ellos
Momentos musicales: "El trigo entre toas las flores, ha elegío a la amapola..."
Seguimos nuestro bucólico camino disfrutando ampliamente de toda la fauna y flora. Kowalski desea manifestar en este momento que se siente acomplejado ante la apabullante cantidad de conocimientos de pajarillos, plantas, cultivos, etc que poseen Ricardo, Máximo y . ito
Estamos llegando a Alegría-Dulantzi. Llegamos con alegría (je,je) porque allí es donde tenemos pensado hacer el amarretako. A la entrada del pueblo nos topamos con la celebración del día del dantzari vasco y vemos que todo el pueblo se dirige korretamente engalanados con sus trajes regionales hacia el polideportivo al son de txistu y danborra
A pesar del retraso que nos causa el desfile cumplimos el amarretako a las 12 en punto. Posiblemente sea la única comida de la etapa. En nuestro camino seguimos acercándonos y dejando atrás sucesivos pueblitos de la llanada alavesa como se puede ver
En un momento dado, se reúne de urgencia el Sanedrín, y decide por mayoría simple realizar un desvío al santuario de N. Sª de Estíbaliz. Bonita iglesia del siglo XI y guapa virgen del XII
Dejamos Estíbaliz tras buscar desesperadamente el carimbo para nuestras credenciales sin conseguirlo. Comenzamos el tramo final para llegar a Vitoria-Gasteiz y comienzan a tomarnos el pelo con vueltas y revueltas, desvíos por lindes que a lo mejor algún día fueron y, tal vez serán, Camino del Interior, pero hoy por hoy, son un herbazal de 50 cm de alto donde te juegas el esguince de tobillo a cada paso. Tenemos a la vista Vitoria pero no llegamos nunca
Por fin estamos en el centro y nos acercamos a la calle Eduardo Dato donde se encuentra el hotel Dato, como era de prever, y donde no está bien visto emplear la frase "Ojo al dato"
El hotel es el puntazo surrealista del viaje (hasta el momento). Ya desde el vestíbulo en la planta baja y la recepción, minúscula pero llena de monitores, terminales telefónicos, datáfonos, etc, se aprecia un aire art-decó e incluso kitsch. Como muestra, un botón. Esta es doble, pero incluso la triple da pábulo a soltar la imaginación (Máximo dixit)
Mañana Kowalski tiene cita con el podólogo... No dejéis de consultar el siguiente blog para poder acabar con ese come-come que os corroe...
Bideaneros ahítos de pintxos y garagardoak












Bien! Por fin una foto de esos peculiares alojamientos descritos en el blog. Desde luego, esa especie de dosel enmarcando el real lecho es para recordar. Y el friso de la pared? Memorable.
ResponderEliminarBuenas noches bideaneros y que esos pies no sufran demasiado.